La fecha límite para presentar respuesta para la pregunta Davos del 2008 es mañana. Davos es, por supuesto, la ciudad en Suiza donde se lleva a cabo el Foro Económico Mundial, una reunión anual de líderes mundiales -políticos, económicos, sociales, culturales, etc.- donde se discuten las grandes problemáticas que afectan al mundo.
Este año, han planteado la pregunta Davos por medio de un canal en YouTube. La pregunta es: ¿Qué crees que tienen que hacer los países, las empresas o los individuos para conseguir un mundo mejor en 2008? Hay un bonito video que han preparado para presentar la pregunta, apelando a diversas figuras reconocidas en la comunidad de YT:
El hecho de que el Foro en Davos esté planteando así abiertamente la pregunta es interesante por muchos lados. El objetivo es que el público que visite el canal en YT vote las mejores respuestas, éstas sean proyectadas a los asistentes al FEM en Davos la próxima semana, y los líderes mundiales graben sus propias respuestas y las suban a YT. Uno estaría tentado a decir, de entrada, que esto es un ejemplo de cómo el liderazgo mundial se abre a una comunidad más amplia, y los ciudadanos a pie reciben una oportunidad de que su voz sea escuchada, como pudo haber pasado en los nuevos formatos de debate en la campaña presidencial de EEUU.
Pero creo que así visto hay muchos ángulos que perdemos. Por un lado, sí, es cierto y es importante reconocer que el hecho de que el FEM haya encontrado pertinente o necesario abrir este canal, es un fuerte indicador de que diferentes estructuras se encuentran a sí mismas sacudidas. Lo más interesante es como particularmente YouTube ha pasado a convertirse en un eje central, un participante clave en las diferentes dinámicas políticas y los procesos sociales. Desde el FEM, las campañas presidenciales en EEUU, hasta la transmisión de la clausurada RCTV en Venezuela, el sitio más importante de videos de la web (por el cual Google pagó la módica suma de $1600 millones) se ha convertido en el foro a través del cual todos quieren -y al parecer sienten que pueden- participar.
Sin embargo, ¿cuán importante es esto realmente? ¿Realmente los “líderes mundiales” en Davos detendrán sus agendas, escucharán los mensajes grabados y responderán de una manera tal que las ideas aportadas sean incorporadas en los procesos de discusión? Nadie ha dicho que las contribuciones en YouTube establecerán la agenda de los temas a discutir, nadie ha dicho que se abrirán las sesiones a la participación permanente de los ciudadanos de a pie. Se ha dado la oportunidad solamente a que se proyecten unos cuantos videos, la gente aplauda, dé una respuesta probablemente ensayada, y todo el mundo quede contento con la idea de que el Foro Económico Mundial se abre a la participación de los ciudadanos del mundo. No hay que negar el valor de un primer paso en esta dirección; pero hay que reconocer que bien pueden estarnos dando gato por liebre: la ficción de participación para que nos quedemos tranquilos mientras todo sigue igual.
Lo cual me lleva a un segundo punto. Y es que bien podría ser también el caso que el hecho de que abriéndose de esta manera el FEM en Davos, incorporando supuestamente la participación de la comunidad mundial, se le brinde excesiva legitimidad a lo que los “líderes mundiales” hacen allí. Claro, no hay que ser ingenuos: son en la práctica ellos los que toman todas aquellas decisiones que terminan rigiendo hasta en los detalles mínimos nuestras vidas cotidianas. Es horrible, pero cierto. Pero al mismo tiempo, la apertura un tanto paternalista del Foro de “darnos una oportunidad” a los ciudadanos del mundo para expresarnos parece simplemente dejar bien claro quién está en qué posición: nosotros, los líderes, dedicaremos cinco minutos a escucharlos a ustedes, los liderados. No estamos hablando aquí de grandes incorporaciones, grandes diálogos multilaterales, grandes procesos de cambio en los cuales se nos ofrezca a todos la posibilidad de participar. Davos cree que por dejarnos expresar nuestra opinión -algo que podríamos hacer de todas maneras- muestra al mundo que es abierto y comprensivo a las necesidades y los deseos de los ciudadanos mundiales.
El sistema, la estructura, en el fondo, es la misma. Los cambios se perciben únicamente en la superficie. Pero por alguna parte tenemos que empezar, supongo.